De 4 euros a 180 euros pasan a costar las multas por tarjetas amarillas en la Primera División femenina y de 9 a 350 las rojas, tal como ha desvelado el diario Marca. Es decir, el Sporting Club de Huelva deberá pagar 360 euros por las amarillas vistas en el primer partido por Vanesa Santana y Paula Romero, cuando por las mismas cartulinas habría pagado solo 8 euros la pasada temporada, lo que supone un aumento de un 4400%. 
 
Pero la federación no ha cambiado la normativa, sino que aplica la misma que en la LPF masculina hasta ahora, al haberse llegado a la profesionalización del fútbol femenino. La RFEF aplica el artículo 52 del código disciplinario en el que se tratan "las multas o sanciones de carácter económico". En su tercer punto, se refleja lo siguiente: "En las competiciones de carácter profesional, la sanción de amonestación de directivos, futbolistas, entrenadores y auxiliares, llevará consigo, para el club de que se trate, multa accesoria en cuantía de 180 euros cuando se trate equipos adscritos a Primera División, y de 90 euros cuando se trate de equipos adscritos a Segunda División. La sanción de suspensión conllevará multa por importe de 350 euros, cuando se trate equipos adscritos a Primera División, y de 200 euros cuando se trate de equipos adscritos a Segunda División, por cada partido o mes que abarque". 
 
Esto puede suponer un varapalo para las partidas presupuestarios de los clubes más modestos, como el Sporting Club de Huelva. Solo un entendimiento con la Liga Profesional de Fútbol Femenino o la intermediación del Consejo Superior de Deportes podría hacer moderar esta inesperada subida, aunque son muchos los capítulos que auguran que cualquier recapacitación del organismo presidido por Luis Rubiales no será nada fácil.