Carolina Marín ha vuelto a hacer historia conquistando los Juegos Europeos. Ante uno de los momentos más fundamentales de su carrera deportiva, la española resurgió de sus cenizas y se hizo grande. No sólo en esta final ante la danesa Mia Blichfeldt, sino en todo el camino. Uno harto complicado. Los Juegos Europeos y la ciudad de Cracovia han sido testigo de la liberación de Marín, de su vuelta a lo más alto de la élite.
"Puedo porque pienso que puedo". Y Marín pudo. Derrotó a la número 17 del ranking por 21-15 y 21-14. La danesa mostró su condición de jugadora muy rocosa y consistente. Sin embargo, la agilidad y ubicuidad a la hora de golpear el volante a la que nos tiene acostumbrados la onubense ha sido clave para anular a una jugadora a la que quizá le falte un pasito más para consolidarse entre las primeras posiciones.
La onubense fue avanzando por la vía rápida en prácticamente todos sus partidos, donde dejó el marcador 2-0, salvo en el primer encuentro frente a la suiza Stadelmann, donde cedió un set.
La rotura del ligamento cruzado y de los meniscos interno y externo supuso un punto de inflexión para la jugadora de bádminton. Dos lesiones de gravedad, dos importantes obstáculos que dotan de un cariz particular, casi trascendental, a cada victoria que se ha ido sucediendo desde aquellos fatídicos días.
Con treinta años recién cumplidos, la número tres del mundo ostenta en su palmarés un oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Río 2016, tres campeonatos mundiales y siete europeos consecutivos. La onubense ha alcanzado varias finales, la última la del Abierto de Indonesia, donde no pudo hacerse con el título.
"En este último torneo me he demostrado que vuelvo a tener el nivel que quiero tener", declaraba la jugadora en la ceremonia en la que se le concedió la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo (ROMD). Pocos días después, Carolina Marín conquista uno de sus primeros grandes éxitos en esta nueva era post-lesión.
La nacida en
Huelva también reconoció ese mismo día que "hay que seguir trabajando mucho la parte mental y de confianza que ha sido muy difícil de recuperar". Apenas faltan dos meses para el Mundial de Bádminton de Copenhague y los deportistas ya activan la cuenta atrás final para los Juegos Olímpicos de París 2024.
De momento, los Juegos Europeos han sido la prueba de fuego que confirma que Marín vuelve a optar a todo. Las lesiones y los delicados momentos que atravesó la jugadora ya son parte del pasado. El día que la española encadenó su séptimo Europeo seguido pasó a formar parte de las leyendas de este deporte. Una hazaña hasta ese momento inédita. Ahora quiere más. Carolina Marín aspira a ser la mejor jugadora de bádminton de la historia.
